Despídete del mal de ojo en Santiago de Compostela

El mal de ojo se realiza de forma involuntaria o intencionada a través de una mirada cargada de envidia, celos, admiración excesiva o malas intenciones hacia una persona, un objeto o una situación. Esta mirada, imbuida de una fuerte energía negativa, es capaz de proyectar una influencia perjudicial que puede manifestarse como mala suerte, enfermedades, bloqueos o desgracias para quien lo recibe.

No. Aunque es común que provenga de personas conocidas que sienten envidia o admiración excesiva, también puede ser provocado por desconocidos o incluso por la propia persona de forma involuntaria, si su energía o pensamientos negativos se proyectan intensamente hacia sí misma o hacia otros. La clave no es la relación, sino la intensidad de la energía o la intención detrás de la mirada.

La duración del mal de ojo es variable y no tiene un plazo fijo; puede ser transitorio y disiparse con el tiempo si la energía que lo causó es débil, o puede persistir durante semanas, meses e incluso años si la carga es muy fuerte o si no se realiza ninguna limpieza o protección energética para contrarrestarlo. Su efecto perdura mientras la energía negativa siga adherida a la persona o el objeto afectado.